Bajo la melena del león

Viviendo bajo la melena del león a través de los problemas.

Por Zajaid, Guardián del Altozano de Aslan.

Tras todo lo que ha acontecido en el mundo, a veces siento que mi vida se desmorona; Hay ocasiones en las que parece que todo lo que hago sale mal, o lo hago mal y por lo mismo recibo burlas o insultos de la gente; bueno, eso ha pasado incluso cuando a no hay un motivos. Por una parte es como si se desquitaran conmigo, provocando que mi día se oscurezca, al grado de no ver luz, hasta sentirme perdido e incluso desear desaparecer sin dejar rastro…

Es algo fatalista, ¿no? El pensar de esta forma. Pero a veces nos sentimos tan agotados del día a día, de las responsabilidades que tenemos, de las tareas y los deberes que en ocasiones de tanto decir algunas de estas frases, tal vez en broma a nuestros familiares y amigos, se vuelve una realidad en nuestras vidas.

Dolor.

Ese es el problema de nuestras vidas. Y a veces nos sentimos como Susan y Lucy al ver su esperanza (Aslan) yaciendo muerta en la Mesa de Piedra, desdichados y sin saber que hacer o como proseguir adelante en medio de todo lo que se avecinaba.

Pero no quiero centrarme en eso, me gustaría más hablar acerca de que hacer respecto a cuando nos sentimos de esa forma, como si pasáramos por un desierto ante el cual lo único que anhelamos es un poco de agua y considero que esta pandemia hizo tal vez más presente esa sed desesperada de paz, de tranquilidad y aún de cariño y amor. Realmente no sé que estas pasando, amado lector de esta breve reflexión, pero quiero expresarte que ¡NO ERES EL ÚNICO QUE PASA POR ESTO! Todos los seres humanos nos sentimos en algún punto de nuestras vidas de esta manera: Cansados, desesperados, abatidos, sin aliento. Pero… ¿Qué hacer?

Si has llegado hasta aquí, quiero sobre entender que conoces Narnia y que tanto tú como yo somos unos asiduos lectores de esta asombrosa saga en la cual hemos hallado un mundo al cual entrar, ya sea por un ropero viejo y arrumbado, o un bosque mágico al cual llegamos a través de anillos, o inclusive al cruzar una puerta para escapar de aquellos que nos quieren ver derrotados.

Pero nuestro tiempo en Narnia es una experiencia viva.

Porque así como Susan y Lucy hallaron descanso, paz y un amor que sobrepasaba sus miedos al ver al Gran León y poder recostarse en Su gran melena envolviéndonos con Su aroma y calor, así también nosotros nos aferramos a este mundo fantástico, donde todo lo existente fue hecho por el poder de una canción y esas pequeñas cosas son las que a veces comienzan a revivir nuestro mundo: El cantar en voz alta cuando todo va mal, el abrazar a los que están en nuestra casa (obviamente después de desinfectarnos), el reír por una caída, etc. Las cosas pequeñas siempre nos darán alegría y son un refugio ante el dolor de nuestra vida cotidiana.

Despertemos ante el rugido de Aslan quien nos llama a ver lo que ha hecho y disfrutar de ello, porque las cosas que nos atarean son pasajeras, pero esta esperanza es eterna porque Aslan tiene un reflejo aquí en nuestro mundo y si confiamos en Él igual que nuestros amados Hijos de Adán e Hijas de Eva, entonces llegaremos al País de Aslan donde no hay llanto ni dolor, no hay tristeza ni temor, donde la muerte será solamente quedará como un vago recuerdo y las lagrimas que derramamos en nuestra vida en esta tierra serán olvidadas. Ese día llegará, pero mientras tanto disfrutemos lo que existe y si algo nos preocupa o nos aqueja, recordemos que llegará el día en el que escuchemos esto:

“El trimestre ha finalizado: Empiezan las vacaciones. El sueño ha terminado: Ha llegado la mañana.”

Pero mientras tanto:

“Narnia, Narnia, Narnia

Despierta. Ama. Piensa. Habla.

Sed Árboles Andantes. Sed Bestias Parlantes. Sed Aguas Divinas.”